La historia de cuando volví a mi cuerpo.
Cuando el cuerpo habla y no necesariamente escuchamos. Una historia de la vida real, auspiciada por la represión emocional de generaciones que nos enseñaron sistematicamente a no expresar nada :).
Cada Enero se cumple un aniversario más de mi regreso al mundo. Y me recuerda con un sabor agridulce que el cuerpo habla y que mejor no ignorarlo, porfavor y gracias.
Mi primer semestre en la Universidad fué una pelicula de terror. Jamás en mi vida me habia sentido tan abrumada, tan desorientada y triste. Estaba en una nueva ciudad, tenia 1 amigo quizás 2 con suerte. No tenia nigún tipo de escape creativo, emocional o social. Porque después de tener que haber escapado de mi ciudad natal, porque chavismo. Estaba en una continua ruleta rusa adaptativa sin ninguna conversación más que “hay que aguantar y seguir adelante” auspiciada por generaciones de “yo puedo con todo y más”.
Fue mucho con demasiado, tantos cambios sin herramientas ni contención. Súmale lo que se te llama Cálculo 1, Física 1, y Algrebra Lineal en la escuela de Ingenieria para completar el circulo de la locura. Para el mes tres de iniciar, es decir Diciembre, sentia que iba a explotar, no habia manera que mi sistema pudiera. Y los sentia en el cuerpo, la necesidad permanente de gritar en cada clase o salir corriendo pero de nuevo la ignoración.
Hasta que en el break decembrino mi cuerpo no dio más. Para Enero habia terminado en la Unidad de terapia Intensiva con una infección en los pulmones más improbable que ganarte la loteria. Tenia las defensas en cero.
Luego de dos semanas que parecieron infinitas y después de muchas pruebas de antibioticos para dar con el correcto. Pude salir de allí. No juego cuando te digo que fue una decisión, yo decidí seguir y echarle bolas aunque estaba re-cansada. Jamás olvidare a todas las personas que estuvieron conmigo dándome razones y amor para quedarme y saber de corazón que eso que sentia podia dejarlo ir y empezar de nuevo.
Empecé de nuevo.
Aunque perdí el semestre y unos 10 kilos. Volví a la vida. Volví de a poco. Me gradué. Hice amigos que aún conservo y amo.
Aprendí un montón y hasta disfruté el viaje.
Y no te voy a mentir para qué, me tomó quizas unos 6 años dejar ir habitos, personas, recuerdos dolorosos después de ese episodio que me tenian con el juego trancado. Eso solo fué el inicio. No fue facil. Pero aprendí que mejor escuchar el cuerpo cuando te dice: Allí no es.
Acabo de terminar de leer When the Body Says No de Gabor Maté, y la verdad es que solo confirmó cuestiones que ya yo habia vivido pero con hechos cientificos.
En el libro, Maté habla sobre cómo nuestras emociones, cuando no las procesamos o las ignoramos, pueden convertirse en enfermedades físicas. Y lo peor es que muchas veces ni siquiera lo notamos. Nos acostumbramos a vivir en piloto automático, alejados de lo que realmente sentimos, hasta que el cuerpo habla fueste y claro y ahí es cuando reaccionamos. Bueno, si tienes suerte como yo.
Las razones por las que ignoramos a nuestro cuerpo son ancestrales.
Reprimir las emociones que no son socialmente aceptadas, la incapacidad de poner en palabras lo que sentimos porque nadie te enseña en ningún lado que son las emociones, por lo tanto we lack todo tipo de diccionario emocional,el sistema en el aún vivimos de hiper productividad centrista (nada más importa que no sea el $$$), la falta de manejo del conflicto, el people pleasing sumado a la hiperconectividad actual (Hello, addicciones!).
Entonces, tu me dirás: We are doomed. Y la verdad es que no necesariamente. Quiero pensar que la popularidad de la salud mental va en alza porque realmente los efectos estan siendo cada vez más notables. Y si ya vas a terapia tienes más de la mitad de la batalla ganada, felicidades. De a poco vas construyendo tu diccionario emocional. Y si no puedes o no quieres ir a terapia, hay libros fantasticos que te pueden ayudar a entrarle al asunto.
Cada vez que evitamos detenernos a pensar en lo que estamos experimentando, nuestro cuerpo sufre en silencio. Y no me refiero solo a estrés o ansiedad, sino a algo más profundo: esa desconexión que nos hace ignorar lo que realmente necesitamos.
¿Que necesitas?
Maté lo resume de forma clara: cuando reprimimos lo que sentimos, ya sea miedo, tristeza o frustración, el cuerpo no tiene otra opción que manifestarlo. Ya sea con dolores inexplicables, enfermedades o incluso agotamiento extremo. Y a veces, es en esos momentos cuando realmente nos damos cuenta de que algo está mal, pero ya es tarde.
Lo que más me impactó del libro de Maté fue cómo, al aprender a escuchar las señales de nuestro cuerpo y reconocer nuestras emociones, podemos evitar que el cuerpo hable con dolor o enfermedad. La clave está en hacer un espacio para sentir, para detenernos y pensar en lo que realmente necesitamos en lugar de ir a distraerte ( Con las apps, con la comida.. etc etc) como primera y última opción.
Ten esa conversación mega incomoda, es necesaria. Saca de tu vida esas apps que no te suman. y así…
Para mí, esto ha sido un gran proceso. Y no soy perfecta, ni pretendo serlo. Pero porque lo viví (espero de corazón que no tengas que vivirlo) sé que me debo unos minutos al día para reflexionar sobre cómo me siento realmente. Y aunque a veces es incómodo disfrutar el silencio, solo allí puedo realmente escucharme.
Gracias por llegar hasta acá!
Eni.